Ya no hace frío

He esquivado charcos para no ahogarme
y he acabado divagando entre corrientes marinas.
Han nacido en verano las peores tormentas
y me he mojado incontables veces bajo el cielo de agosto.

Le he tenido miedo a las últimas horas de la noche
o las primeras del día.
Y he matado cien pájaros de un tiro
para no
escucharles
cantar.

Ahora vuelve a llover,
y me estoy mojando
y estoy saltando charcos
y sigo divagando.
Y me siguen asustando las últimas horas de la noche
pero ya
no tiemblo.
Ya no se me calan los huesos.
Porque desde que la encontré bailando
no
ha vuelto
a
hacer
frío
y agosto se ha convertido

en un milagro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario