Ya no hace frío

He esquivado charcos para no ahogarme
y he acabado divagando entre corrientes marinas.
Han nacido en verano las peores tormentas
y me he mojado incontables veces bajo el cielo de agosto.

Le he tenido miedo a las últimas horas de la noche
o las primeras del día.
Y he matado cien pájaros de un tiro
para no
escucharles
cantar.

Ahora vuelve a llover,
y me estoy mojando
y estoy saltando charcos
y sigo divagando.
Y me siguen asustando las últimas horas de la noche
pero ya
no tiemblo.
Ya no se me calan los huesos.
Porque desde que la encontré bailando
no
ha vuelto
a
hacer
frío
y agosto se ha convertido

en un milagro.

La espera

Te sigo esperando
como cada tarde
entre el vaivén de las olas.

Por si resurge de toda esa sal
la dulzura de tu abrazo.
Como una bala
me atravesaste los sentimientos
descolocándolos y reordenándolos al azar
en un crepúsculo amor que fue creciendo.
Y sin embargo también
como una bala,
te fuiste,
esparciendo la sangre con la que habías colisionado.
Y ya no queda nada
ni de ti
ni de mí
ni de nosotros.
Quizá el culpable sea el tiempo
que no nos quiso tener muy unidos
para que no nos hiciéramos daño,

aunque su plan no sirvió.

nostalgia

te recuerdo
pero no como quisiera

te recuerdo entre sábanas blancas
y con la sonrisa apagada
y me da tristeza recordarte así

y me enfado conmigo misma
porque ya
ni me acuerdo de tu voz
ni del calor de tus abrazos

y tengo
otra vez
nostalgia en las pestañas

y en silencio
escucho susurros
pero nadie me llama

y te quiero

tanto
tanto

que cada vez noto más este vacío
de estar sin ti

y sinceramente
ya empieza a doler

así que
vuelve

pronto



por favor.
Temblando bajo un manto de estrellas, junto a
El frío de tu ausencia.

Novelas que hacen llorar, y

El desorden de mi voz al hablar.
Crujidos de huesos que se van fracturando lentamente, y
Estos vacíos que jamás podré llenar.
Silencios que recorren mis oídos con la esperanza de llamar mi atención, y la
Intuición de que nunca llegarás.
Tengo las pupilas dilatadas por la oscuridad
O por saber que no volveré a verte más.

Caricias del viento que me intentan consolar

O decirme sin decirme que me vaya a otro lugar.
No veo sino luces tenues de velas que se van a acabar, y
Mis rodillas raspadas por la carretera que dejo atrás.
Imagino que ya nada puede ir a peor, alguien
Gira a mi alrededor ¿eres tú?,
¿O simplemente soy yo?

Pedacitos de nada.

Hoy rompí tu carta, bajo un momento de ira.
La rompí en mil pedazos, tantas palabras que acabaron siendo una mentira. Y lo peor es que en cuestión de segundos me hallé llorando por fulminar la única muestra (aunque fuera falsa) de amor tuya que me quedaba y recogiendo los pedazos rotos que junto a los de mi corazón se mezclaron.