Hoy rompí tu carta, bajo un momento de ira.
La rompí en mil pedazos, tantas palabras que acabaron siendo una mentira. Y lo peor es que en cuestión de segundos me hallé llorando por fulminar la única muestra (aunque fuera falsa) de amor tuya que me quedaba y recogiendo los pedazos rotos que junto a los de mi corazón se mezclaron.
Increíble,necesito que leas una cosa, una historia.
ResponderEliminar¡Gracias preciosa!, no había leído el comentario.
Eliminar